Conocí a Eva a través de una reunión en Valnalón (Semillero de Empresas en La Felguera), en la cual nos pusieron en contacto a varias empresas para posibles colaboraciones. Nada más empezar a hablar y conocer por encima nuestros proyectos nos dimos cuenta de que la colaboración era casi obligada. Por un lado, yo buscaba empresas que me pudieran encajar dentro de unas cajas de experiencias para niños y niñas en la naturaleza, centradas en el territorio asturiano, y por otro lado Eva, tenía una empresa que reunía todas las características que me interesaban: una actividad interesante y didáctica, asturiana y con una trayectoria muy buena. He de decir que Eva es una persona muy cercana y alegre, que transmite rápidamente su pasión por el mundo de las abejas. Ese día Eva me invitó a conocer sus colmenas y la actividad que realiza para el público en las mismas, una idea que me emocionó.

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No fue hasta el pasado 31 de mayo cuando pude sacar un hueco para pasarme por Santa María de Grao a conocer Les Colmenes del Tate. Un precioso pueblo rural, cercano a varias rutas, como los meandros del Nora, nos da la bienvenida. Eva me recibe con su amplia sonrisa y su calidez humana.

Nos subimos en su 4×4 donde Eva tiene todo lo necesario para realizar la actividad ya preparado. Por el camino me explica que tiene 4 lugares con más de 70 colmenas en total, y que iremos a conocer uno de ellos. Me habla de cómo comenzó su pasión por las abejas, y cómo pasó de convertirse de su hobby a su trabajo. Mientras nos cuenta esto, no puede dejar de sonreír ya que las abejas parecen ser sus socias y amigas, más que una herramienta de trabajo, y como tal, las trata.   Llegamos hasta uno de los puntos en los que Eva tiene sus colmenas, a las que mima como sus tesoros más preciados.

Yo me poso del coche emocionada porque Eva me lleva a ver el colmenar desde la entrada y tan emocionada iba, que no me di cuenta de que no llevaba traje y ya me dirigía de frente al colmenar. Eva me frenó rápidamente, recordándome, entre risas y amabilidad,  que estábamos haciendo una actividad con animales, y que hay que tener precauciones. Volvimos al coche, y sacó todo lo necesario para la actividad: trajes de apicultor (no voy a negar que varias veces en el pasado me preguntaba si algún día vestiría uno para ver las abejas trabajar de cerca), el ahumador apícola (un ahuyentador efectivo de las abejas), y me enseñó el botiquín que siempre lleva por si acaso tiene lugar alguna picadura y la persona resulta alérgica, algo que por suerte, y por su profesionalidad, nunca ha necesitado de usar. Yo no soy alérgica así que la actividad no me produce ninguna aversión.

Eva me va introduciendo en materia mientras me ayuda a poner el traje (en este momento el corazón ya me late más fuerte), y mientras prepara el ahumador, (me encanta el olor que desprende), me va explicando los conceptos básicos que debo conocer de las abejas, así como algunas normas de seguridad. No quiero contaros aquí todo lo que aprendí nuevo sobre las abejas, para no quitarle esa magia a la actividad, que nace del conocimiento unido a una pasión desbordada hacia el mundo de las abejas de Eva. Aunque, sinceramente creo que podría contaros todo lo que aprendí, y cuando vierais en directo una colmena, y Eva os explicara todos los entresijos, quedaríais igualmente prendidos de cada palabra y cada imagen que conforman esta actividad.

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Puedo recomendar sin duda esta actividad a todo el mundo, a adultos y peques, y sé sin lugar a dudas, que me daríais las gracias por haberos dado tal recomendación. Puedo deciros que una vez llegué a casa después de estar con Eva, continué queriendo absorber información a pesar de todos los datos que tenía ya, acudí al maestro Youtube para continuar con el aprendizaje y ¡ la emoción me hacía preguntarme si yo podría tener unas colmenas en el futuro, para simplemente disfrutar de lo que es verlas trabajar y poder colaborar con la Tierra en general, de una de las formas más necesarias hoy día, manteniendo vivas las abejas, creando nuevos núcleos (Eva os explicará qué son y cómo lo hace). Recordemos que hoy día las abejas están en serio peligro de desaparición, y con ellas se pondría en grave peligro la alimentación humana y nuestra subsistencia. Por eso, hoy día la labor de los apicultores (hablando de los no industriales) es totalmente necesaria para mantener la vida de las abejas.

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La pasión que tiene y transmite Eva por este mundo, se ve totalmente reflejada en el trabajo dedicado a su empresa, Les Colmenes de Tate. Por todo lo anterior, me quito el sombrero ante una actividad que de primeras, puede dar sensación de miedo o de aburrimiento y nada más lejos de la realidad. Me divertí muchísimo mientras aprendía un montón, disfruté como una niña observando la magia de las colmenas (¡Incluso vi nacer nuevas obreras!) y en ningún momento tuve sensación de miedo, ya que Eva lo tiene todo bajo control y usa el ahumador de forma prudente. Estoy encantada de poder colaborar con esta magnífica empresa y estoy deseando volver con mi hijo cuando este crezca un poco, o quién sabe en el futuro, realizar algún curso con ella para poder tener mis propias colmenas. No dejéis de acercaros a conocer a Eva y a sus colmenas, disfrutaréis de una experiencia única y divertida donde las haya, y muy pedagógica de mano de la apicultora… ¡Más dicharachera!

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