El enjambre es el método natural de reproducción de una colmena. A grandes rasgos podemos decir que cuando una colmena tiene muchas abejas, la mitad junto a una reina se independizan, salen fuera y se buscan una nueva casa. Además por mucho que los apicultores intentemos evitarlas, por la pérdida que puede suponer, es muy complicado y siempre te puede salir alguno.

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El caso es que en Les Colmenes de Tate tenemos muy controlada la enjambrazón, pero de vez en cuando se produce algún enjambre. Hasta ahora siempre los habíamos cogido por métodos más o menos tradicionales, pero desde que tengo que ir sola al colmenar, encontrar allí un enjambre habría sido un problema. Con Ricardo siempre parecía fácil, pero yo soy pequeñita y en ocasiones las abejas se ponen en sitios muy complicados.

Ricardo miró e investigó mil maneras para que yo sola pudiera coger un enjambre. Incluso escucho a los ancianos del pueblo, su método de la sábana blanca. Método que otro día os explicaré, pero que descartamos nada más escucharlo.

Tras mucho investigar llegamos a la conclusión que el método de la aspiración podría ser el menos nocivo para las abejas, y el más sencillo para alguien como yo. Compramos un soplador, de los de hojas que se ven a los operarios de jardinería de los parques, pero con un motor de combustión, ya que en el monte no hay enchufes, evidente.

Lógicamente si sopla aire, es que de algún sitio lo tiene que aspirar, mejor dicho por algún sitio lo aspira, y aunque esa no es la función para la que esta máquina se inventó, nos aprovechamos de esta coyuntura. A partir de esa máquina y por diferentes diseños que vimos en la red, fabricamos un receptáculo al que irían a parar las abejas tras ser aspiradas, una especie de núcleo con cuadros como los que hay dentro de las colmenas, para que se encuentren como en casa. Un tubo de una aspiradora nos sirvió para terminar nuestra máquina. Y además le pusimos un sistema por el que minorizamos la cantidad de caudal de aire que aspiramos. Se trata de que este aire de succión sea un poquito más intenso que las corrientes de aire a las que nuestras abejas se enfrentaban cada día. Ya sabéis que para nosotros lo más importante son nuestras abejas y su bienestar.

Bien, pues el otro día, como os decía, llegué sola al colmenar y mi sorpresa fue cuando me encontré un hermosísimo enjambre colgando de nuestro cerezo. Los conoceréis ya por algunas fotos que he colgado en floración o de sus frutos. Anda que son tontas las tías, buen sitio para colgarse. Además el enjambre tenía forma de corazón.

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Al verlo comencé a ponerme nerviosa, pues aunque sabía exactamente lo que tenía que hacer, el encontrarme sola ante esta situación me generó inquietud. Pero inmediatamente, al segundo, en mi cerebro empezaron a formarse imágenes automáticas de cómo utilizar la máquina. Lo habíamos ensayado varias veces, pero sin abejas. Estaba segura de lo que tenía que hacer. Y lo hice.

En este vídeo colgado en nuestro canal de youtube, os enseño el enjambre en el colmenar.

 

Descargue el cajón de recepción, la maquina, la manguera e incluso el serrucho y el hacha. Puse el núcleo final en su sitio y en el cajón de recepción metí cuadros de las colmenas. Cría abierta, cerrada y alimento. Monté la maquina que para su transporte viene por partes. La arranqué y gradué la potencia de la succión.

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Acerqué el extremo de la manguera con reservas al enjambre y succioné las primeras abejas. Antes de continuar con la succión miré en el cajón. Para eso le pusimos una puerta transparente. Vi que las abejas, aunque un poco desconcertadas, rápidamente se ponían en los cuadros. No vi ninguna víctima y me cercioré de que funcionaba a la perfección. Ahora sí, ahora puedo aspirarlas todas me dije, y desde unos 20 cm del enjambre fui acercando poco a poco la manguera. Las abejas comenzaron a pasar al interior del receptor que yo controlaba constantemente. Tras pocos minutos todas las abejas estaban en su sitio. Es maravilloso ver como su instinto, caso de forma automática las hacia ocupar diferentes puestos en los cuadros. Cada una comenzó con su trabajo. Unas nodrizas, otras obreras reconstructoras, otras ventilando…

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Tras dejarlas unos minutos para que se tranquilizaran dentro de su casa temporal, coloqué un núcleo normal en su sitio en el colmenar, el de la máquina al lado, y casi simultáneamente abrí las tapas. Inmediatamente y de dos en dos trasladé los cuadros de uno a otro núcleo, volqué el de la maquina boca abajo sobre el definitivo y cerré las tapas. Ahora otra media horita de descanso.

En este vídeo os cuento la experiencia de coger el enjambre con este sistema.

Llegó el momento de abrir la piquera y ¡tachan!, del interior del núcleo no salió ni una señal de que dentro estaban cómodas,  pero todas las que inevitablemente no había capturado con el aspirador, y que llevaban mucho tiempo sintiendo la feromona de la reina y revoloteando alrededor del cajón, comenzaron a enfilar la piquera y a entrar en su nueva casa.

Ahora el núcleo está en el colmenar, durante un par de semanas no las molestaré. Que descansen. Que se hagan fuertes estos días y en poco tiempo os contaré si se ha hecho grande, fuerte y gordo como todas las colmenas vecinas de los padrinos de Les Colmenes de TATE. Saludos tater@s¡¡¡